Ya que el año pasado me extendí, voy a hacer lo propio este año. Les pongo en situación.
Yo no era especialmente optimista, habíamos jugado mejor que el Valladolid pero fallamos muchas ocasiones, luego el 3-1 contra el Zaragoza en una segunda parte desastrosa fue un jarro de agua fría para mi. Sin embargo veía a todo el mundo con mucho optimismo. A mi eso no me suele cambiar mi opinión porque sé que la mayoría lo hace solo por la fiesta y el guateque, lo que es el fútbol en sí (más allá de los goles) pues se las trae un poco al pairo. Pero un chico con el que hablo en Twitter me comentó que era muy optimista, la mañana del domingo, y su opinión ya fue cambiando la mía. Además, las peñas habían hecho una quedada en el antiguo estadio, el Insular (ahora un parque), y comencé a ver los vídeos que se subían al facebook y me empecé a poner algo nervioso e ilusionado. Luego ya, vi un poco las noticias, tres horas antes del partido, no aguantaba más y me fui "solo" al estadio.
Ya subiendo en la guagua se mascaba el ambiente, muy fiestero y nada derrotista. Uno se va contagiando. Una vez allí te das cuenta la locura que esto de las aficiones del fútbol. Miles de cánticos bajo un estupendo día en Las Palmas de Gran Canaria. A eso de las 16:15 llega la guagua del equipo. Se desata la locura. Un espectáculo amarillo y azul.
Aquí una foto.
Cuando la guagua del equipo accede al estadio decido hacer lo propio, restaba más de una hora para el comienzo del partido pero yo quería estar dentro, leer el periódico y animar al equipo cuando saliera a calentar. Ahí me tranquilicé un poco. Observé la afición del Zaragoza, a Popovic saliendo a saludarlos (con los consecuentes abucheos de los que ya estábamos allí, por eso de que le motivaba venir a callarnos, lo siento amigo). Poco a poco se va llenando de color el estadio, amarillo impoluto y cada vez más nervioso. La gente cantaba, animaba, se reía, era una fiesta. ¡Como para no ser optimista en esa situación!
Unos minutos antes de comenzar el partido llegaba el momento del mosaico. "El Sueño de Todos" rezaba. Increíble. Pero lo mejor, Absolutamente todos los que estábamos allí cantando el "Amarillo es mi color" (
aquí un vídeo) y luego cuando ya salieron los jugadores lo mismo con el himno. Increíble de verdad. Una gozada.
Comienza el partido y comienzan los nervios. Pasan los minutos y no marcamos el primer gol. Se había especulado con un gol tempranero, pero este no llega. Estamos siendo mejores que el Zaragoza que ha venido a defender el resultado y perder tiempo, lo lógico viendo la calidad de ambos equipos. Tenemos oportunidades pero no finalizamos. Ellos tuvieron una que sacó Culio bajo palos, horrible esa sensación. Pero llegó la jugada del gol de Roque. Quiere salir el Zaragoza a la contra y Ángel López rapidísimo corta el balón en el centro del campo, ahora la contra es nuestra, levanta la cabeza y se queja de que no hay nadie a quien pasar el balón, se lo entrega a Araujo, el chino de tacón cede a Culio a la vez que quita un rival de en medio. El veterano argentino observa la mala transición defensiva maña que deja un pasillo a Roque, como una bala, que no tiene piedad y pone el 1-0. La locura. Me abrazo con los de al lado (que solo los había visto contra el Valladolid). El guión se iba cumpliendo.
Llega el descanso, estamos siendo mejores comentamos, 1-0 al descanso es lo que pedíamos, lo típico. Arranca la segunda parte, y aquí sí, pasan los minutos, estoy sin uñas, sin dedos, casi sin nudillos. Siguen pasando los minutos. El Zaragoza nada de nada de fútbol. Un error de Casto que salió fuera del área con el balón casi me mata. Y siguen pasando los minutos. Se hacen los cambios, ofensivos. Llegamos arriba pero se defienden bien. Pero llega esa falta en el minuto 83 aproximadamente. La cuelga Viera, Ortuño la pelea y parece que el balón se va fuera pero Aythami de medio chilena mete el balón en el campo. Y llegó, que bueno que viniste pibe, llegó el chino Araujo para meter la puntera y poner el 2-0. El éxtasis personificado en los más de 28mil que nos reunimos ese 21 de Junio de 2015 para ver a nuestro equipo subir a primera.
Tras la celebración y alguna lagrimilla de emoción miro el marcado 2-0, minuto 85. Nos quedan 10 minutos de sufrir. El año pasado ya me veía en primera en ese minuto. Este año no. Pero gracias a Viera por sus cojonazos pidiendo absolutamente todos los balones para aguantar y que pase el tiempo. Un partidazo el suyo, jugadorazo de primera división. Aún tiene una falta el Zaragoza, sube el portero, los fantasmas de Uli Dávila se pasean. Pero nada. El domingo estaba para nosotros. Pitó el árbitro. Y fuimos de primera.
Una auténtica fiesta en el Gran Canaria. Los jugadores sobre el césped. La afición cantando y bailando. Lo mejor del mundo. Por fin pude relajarme y disfrutar. Somos de Primera.
La afición estuvo de 10. Mucha mierda de mucho desconocedor de lo que pasó el año pasado realmente he tenido que comerme este año. Las imágenes de Canal+ solo mostraban en planos cortos a los que habían saltado y eso es con lo que se quedaron la mayoría de gente que no lo vivió en primera persona. Lo dije el año pasado y lo digo este año otra vez, esos no eran aficionados (muchos de hecho ni habían estado en el partido y solo entraron cuando se abrieron las puertas, para ir a liarla). Los aficionados de verdad, los que este año disfrutamos del ascenso, somos los que nos avergonzamos de lo del año pasado y nos enorgullecemos de lo sucedido este. Se vitoreó a la afición del Zaragoza y se les hizo pasillo al salir (
aquí las palabras de una aficionada maña que estuvo en el estadio). Como
también se aplaudió a la del Córdoba.
La afición ya era de primera, y ahora el equipo también.